El acné es una afección de la piel que aparece por obstrucción de los poros, debida principalmente a un exceso de grasa. Se manifiesta en forma de granos y espinillas (granitos con puntos blancos o negros) de menor o mayor tamaño, llegando en ocasiones a ser más severo con la aparición de bultitos o quistes. Las zonas más afectadas suelen ser la cara, el cuello, la espalda y los hombros.

Al obstruirse los poros, la piel no respira bien, favoreciéndose la aparición de bacterias y la consiguiente reacción inflamatoria, con los típicos puntos blancos de pus que coronan a la mayoría de los granitos. Por el contacto con el aire y la oxidación esos puntos pueden volverse oscuros o negros. 

Las causas más comunes del exceso de sebo en la piel son los cambios hormonales, por eso el acné es muy frecuente en etapas como la pubertad, y en menor medida en el embarazo o en la menopausia.

Otros factores que pueden empeorar el acné:

  • el estrés
  • una alimentación desequilibrada con exceso de grasa e hidratos de carbono
  • la utilización de cosméticos demasiado grasos
  • el roce continuo con materiales que taponan los poros e irritan la piel (como está pasando actualmente con el uso de las mascarillas).

Recomendaciones contra el acné
En algunos casos de acné moderado o severo es necesario acudir a consulta con un dermatólogo, que valorará la necesidad o no de tratamiento farmacológico. Los medicamentos más utilizados son en general los que actúan como seborreguladores (disminuyendo el exceso de producción de grasa en la piel), los antibióticos (contra las bacterias que colonizan esos poros obstruidos), y productos que reduzcan la hiperpigmentación y las cicatrices que dejan esas lesiones.

Algunos consejos que siempre ayudan a evitar o mejorar la evolución del acné

  • Mantener la piel limpia con productos que ayuden a eliminar el exceso de grasa sin por ello resecar demasiado la piel. Es muy importante que se mantenga una rutina de limpieza diaria, con jabones, espumas, aguas micelares, o mascarillas, específicos para pieles con tendencia acnéica. También es recomendable acudir en ocasiones a profesionales que realicen limpiezas de cutis en profundidad.

  • Asegurar una buena hidratación, ya que algunos de los tratamientos farmacológicos resecan demasiado la piel. Deben utilizarse productos no comedogénicos, de poco contenido graso (oil free), de textura fluida o tipo gel, que aporten el agua necesaria para mantener esa piel elástica y luminosa. Asegurar también una buena ingesta de líquidos (agua y zumos, evitando bebidas azucaradas).

  • Utilizar siempre protector solar, para evitar el daño celular y la irritación y enrojecimiento de la piel, así como el oscurecimiento de las posibles cicatrices y lesiones.


La mayoría de los laboratorios y fabricantes expertos en cuidado dermatológico disponen de líneas completas para el tratamiento del acné. Incluyen limpiadores, hidratantes, protectores solares e incluso productos que ayudan a aclarar las zonas oscurecidas. Todos estos productos están disponibles en las farmacias, siendo el farmacéutico uno de los profesionales que mejor te asesorará para cuidar tu piel en cada situación.

Fuente:

  • www.mayoclinic.org
  • www.medlineplus.gov
  • Elaboración propia